Para
Escarlate Producciones
En
2021
Durante
1 año
El proyecto
Escarlate Producciones es una productora con alma de escenario: nace del amor por el teatro, el arte en vivo y la magia que ocurre entre bambalinas. Tuve el placer de participar en este proyecto desde su concepción, desarrollando junto al equipo de Métika Estudio la identidad de marca, desde el naming hasta la aplicación visual, y más adelante acompañando la marca desde dentro, como parte activa del equipo de producción durante casi un año.
Este proyecto ha sido especialmente significativo para mí, no solo por el proceso creativo tan completo, sino por la relación cercana y profesional que mantuve con la productora, y por todo lo que aprendí al trabajar en un entorno donde el diseño y la producción escénica se cruzan de forma natural y emocionante.
Identidad y concepto visual
El nombre "Escarlate" nace de la conjunción de dos ideas clave:
El color rojo escarlata, que remite directamente al universo visual del teatro (telones, butacas, luces)
Y el latido, la idea de movimiento, de pasión y entrega por lo que se hace
El logotipo incorpora la forma de un corazón con líneas dinámicas que evocan tanto el pulso como el ritmo vivo de la producción cultural. La tipografía limpia y sólida se complementa con un imagotipo que puede funcionar de manera independiente. La combinación de blanco y rojo escarlata establece un código visual potente, reconocible y con carga emocional.
Además del logotipo, trabajamos en el desarrollo de una serie de iconos complementarios para su web y materiales editoriales, que siguen el estilo gráfico de la marca. También diseñé la papelería corporativa, templates para redes sociales y otros elementos gráficos necesarios para el día a día de una productora en activo.
Más allá del diseño: acompañamiento interno
Este proyecto fue más allá del trabajo puntual de branding. Tras la fase inicial, me incorporé al equipo de Escarlate Producciones durante casi un año, lo que me permitió vivir la marca desde dentro:
coordinando la aplicación de la identidad visual en el día a día, gestionando su presencia digital y maquetando catálogos, dossieres de eventos y contenidos para redes sociales.
Formar parte del equipo me permitió comprender de forma más profunda cómo una identidad visual puede adaptarse, crecer y consolidarse en la práctica real, dentro del ritmo intenso de una productora que se mueve entre la gestión cultural, la programación de espectáculos y la creación de experiencias en vivo.
Escarlate fue un proyecto vivo, exigente y lleno de aprendizaje. Supuso un reto profesional completo y una experiencia muy personal. Fue también una oportunidad para demostrar que una identidad bien construida no se queda en un logotipo, sino que puede latir con fuerza en cada rincón de una marca.
