Para
Merino
En
2024-2025
Durante
14 meses
El proyecto
Para el disco El Bosque de Merino, diseñé las portadas de los singles independientes que narran diferentes capítulos de la historia personal de Sandra. Este viaje emocional encuentra su punto de partida en la infancia y transita por la adolescencia, la juventud y la madurez, dejando en cada parada una cicatriz, una lección, una transformación.
Puedes ver el proyecto completo del disco aquí.
Concepto creativo
Cada portada nace de la idea de un diario íntimo: las letras de cada canción son páginas escritas a mano, arrancadas del diario de Sandra y transformadas en figuras de origami. Ese juego de infancia, frágil y manual, simboliza cómo las experiencias y emociones se doblan y se moldean hasta convertirse en algo bello, aunque duela. Las figuras de origami se convirtieron en el hilo conductor de los singles, y aparecieron también en los videoclips, reforzando la narrativa visual del disco.
Cada portada está compuesta por:
Una figura de origami simbólica, con la letra manuscrita de la canción.
Un fondo que refleja el tono, el mensaje o el escenario emocional de cada tema.
Las portadas
Desde la mariposa de Niña, que evoca la fragilidad de la infancia, al corazón-laberinto de Laberinto, símbolo de la confusión emocional, pasando por el avión de papel de Un clásico, que habla de los viajes y echar de menos, el árbol ardiendo de El árbol, reflejo de una herida más cruda, hasta llegar al pájaro de El bosque, la imagen más luminosa y esperanzadora del disco.
Este proyecto me permitió trabajar el diseño gráfico desde un enfoque narrativo y conceptual, creando no solo las imágenes para los singles sino también las figuras de origami que formaron parte de los videoclips.
Fotografía de miniatura y portada por Marina Benítez